ARQUITECTURA 4 2010

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Trabajar en los márgenes de la ciudad no solo presupone intervenir en la mejora parcial o total de un área determinada y en su consiguiente optimización, sino también, que permite la posibilidad de afrontar nuevos desafíos, donde los actores ya no responden a un guión predeterminado sino, a un conflicto de intereses que media desde, cuestiones medioambientales hasta contenidos infraestructurales pasando, desde luego, por técnicas específicas arquitectónicas y de despliegue de paisaje, inéditas en los cursos en que habitualmente se imparte arquitectura.

Por tanto, con la determinación de un nuevo ámbito de actuación -Corredor Sur- como escenario para la acción proyectual, surge un nuevo paradigma de enseñanza que a partir de ahora, debe establecer nuevos pactos entre lo natural y lo artificial, articulando aspectos que remiten a una lógica dimensional y propositiva desconocida. Del denso entramado de la ciudad y su construcción formal, se deja paso a un ámbito no-dimensional, a-escalar –me refiero a escalas y dimensiones no reconocibles-, árido, hostil, donde la magnitud del vacío adquiere relevancia proyectual solo a partir de su asimilación y conocimiento. Reconocer pues, áreas de oportunidad y atributos de belleza frente a la dureza contaminante de la tierra baldía (Eliott) parece ser una de las primeras condiciones de proyecto. Sensibilizándose con la capacidad transformadora de las infraestructuras y la asunción de parámetros –lógicos- medioambientales que permita un desarrollo, al menos fiable, de una estrategia de proyecto y de despliegue del paisaje coherente con el escenario de trabajo.

Finalmente, el nuevos escenario permite redefinir la idea de territorio a partir de una concepción mestiza de identificación ya que su constitución también lo será: construcciones híbridas que median entre naturaleza y artificio, entre paisaje y territorio. Utilización de elementos naturales (agua, viento, etc.) intercalados con construcciones de una tecnología que incorpore parámetros sostenibles de climatización, con un alto contenido de concientización, que apuntale una experiencia de conjunto con vistas a una unificación ambiental coherente y expansiva.
Sin familiarizarse con algunos de éstos valores o parámetros, será difícil la empatía con el sitio.

La fotografía certifica y registra la realidad y crea una conciencia de cambio y de asimilación de escenarios y paisajes que permite su posterior reformulación.

Los trabajos de Manolo Laguillo, Gabrielle Basílico, Ana Muller en BCN, París, Milán y Nápoles, respectivamente, permitirán asimilar experiencias análogas en Europa. Asimismo, los trabajos de los objetivistas alemanes, discípulos de los Becher: Struth, Gursky, Ruff, Hofer, etc. apuntalarán ésta primer mirada.

1.- Territorio de usos mixtos:
Confección de un proyecto de 18ha. de un parque que incorpore un centro ecológico destinado a actividades culturales, ocio, turismo y concientización ambiental. Estrategias de apropiación del suelo a través de criterios de coexistencia flexibles. Ámbito hedonista para representación y recreación del cuerpo y de la mente. Ecoparque de actividad cultural, etc.

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